Esta es la cuarta de las novelas que leo de Paulo Coelho, donde la protagonista es una joven mujer de vida ordinaria, nacida en Brasil María experimenta diversas desilusiones del mundo convencional, el complejo de inferioridad que en la infancia se manifiesta impidiéndole siquiera hablar con el niño del que se había enamorado, en el transcurso de las páginas la fortuna sonríe un poco a esta joven y la lleva a las calles de Suiza permitiéndole trabajar en un bar familiar donde es explotada laboralmente, tiempo después es despedida de su trabajo obteniendo a cambio una jugosa liquidación que le permite vivir algunas semanas sin trabajo en el país europeo antes citado. Las cosas cambian con el tiempo y la falta de empleo y necesidad de ingresos la llevan a trabajar en una discoteca que sirve como lugar de encuentro entre prostitutas y clientes... en el ejercicio de su nuevo oficio, María nunca se siente inconforme, sino aburrida, los prejuicios sociales son la menor preocupación para ella que a sus veintidós primaveras nunca ha disfrutado la plenitud de su sexualidad por medio del afamado orgasmo, en su camino conoce dos hombres especiales, el primero, pintor de profesión y artista por vocación, noble, sincero y adinerado; el otro un magnate fanático del sexo en su versión “sado-masoquista”... en fin, el libro es entretenido, a parte de informar e instruir sobre las relaciones sexuales y la vida de algunas prostitutas en aquel país de Europa... Recomendado como lectura de distracción.
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